Una tradición que pasa de generación en generación.
Así ha hecho siempre Alonso Santos y así hace ahora su hija, Ángeles
Gracias a esa pasión inculcada desde que nació, Ángeles se ha sentido siempre libre para elegir aquello que la hace feliz cada día. Ella, junto a sus padres y hermanos, trabajan cada día con esmero y dedicación por hacer aquello que les hace feliz: hacer todo el proceso de la realización del queso con sus propias manos, como se ha hecho siempre.
Una tradición que ya se prolonga más de 30 años
Y esperan que sigan siendo así, por eso, enseñan a la tercera generación desde pequeños la vida y el trabajo en el campo. Pero con la misma ilusión: la de mantener sus tradiciones vivas y su forma de vida.