Alma Roja es el proyecto personal de Charlotte Allen en Fermoselle, D.O. Arribes.
De la mano de Noël Pinguet dio sus primeros pasos en el mundo de la enología en el Valle del Loira, donde se empapó de la filosofía de la Biodinámica. Siguió su aprendizaje en Italia y Sudáfrica, tras lo cual regresó a Francia para estudiar enología y viticultura en el Ródano.
Durante un viaje por la zona de Rueda se reencontró con su amigo Didier Belondrade quien le habló de la zona de los Arribes del Duero para crear vinos únicos. Ocho meses más tarde llegó a Fermoselle y quedó abrumada por la belleza salvaje de la región: las profundas gargantas labradas por el Duero y el Tormes y sus escarpadas terrazas llenas de viejas vides.
Me quedé pasmada por la belleza salvaje de la zona, los cañones profundos del Duero y del Tormes, las terrazas recubiertas de cepas viejas y olivos aún más viejos. En ese preciso momento, tomé otra de las decisiones más importantes de mi vida. Ocho meses más tarde, llegué con el coche y mis perros.
En solo dos meses tenía 12 hectáreas de viñedo, una preciosa bodega subterránea y unas ganas terribles de salir corriendo del pueblo y no volver nunca más. No estaba preparada para vivir en un pequeño pueblo de la España profunda y los primeros años no fueron nada fáciles.
Como dijo Darwin, los seres vivos no tienen otra opción más que irse adaptando al medio. Con el tiempo he sabido adaptarme a Fermoselle, dónde el día a día se parece a una mezcla de “Un año en Provenza” y “El bueno, el malo y el feo”.
Esto ha sido un pequeño resumen de cómo llegué a parar aquí. Ahora trato con los buenos, ignoro a los malos y sigo haciendo lo que más me gusta en la vida. Con el tiempo me he hecho un hueco aquí para mí y para mi hijo, y aunque nunca me gustará la tauromaquia, la oreja de cerdo o la costumbre que tienen los españoles de hacerte preguntas muy personales, por fin, en España, me siento en casa.